Estoy mirando en el agua,
en el agua de la acequia
tu rostro lleno de gracia
de candor y de inocencia.
Entregale tus manitas
para que juegue con ellas
y verás como te brinda
sus cascabeles de fiesta.
!Ay que bonita es mi niña...¡
mi dulcísima pequeña
grácil estrella cautiva
en el azul de mis venas.
La llevo en mi corazón
como el sol de mi bandera
es joya de un labrador
que muchos reyes quisieran.
Bien saben como la quiero
los álamos y las moreras,
los duraznos y el aliento de la tierra.
Es la lumbre de mi infierno
es manantial de mi siesta
cuando abandona en mi pecho
el ámbar de su cabeza.
!Gracias Señor que me has dado
otra compañerita nueva...¡
para que vibre en mi canto
para que sueñe con ella.
Mi niña, mi dulce niña
de albahaca , miel y canela
amorosa y sensitiva
tierra espigada que siembra.
Dale al agua tu sonrisa
que yo me pondré a beberla
¡miramé! ¿ves? de rodillas
cual si estuviera en la iglesia.
¡Quedaté ahí quietecita...¡
voy a escribir este poema
con tres palabras sencillas
para que luego lo aprendas.
El día que yo me vaya
allá por la última senda
y se duerman mis palabras
en un silencio de piedra.
Callada, calladamente
así, aunque tú no lo creas
he de venir para verte
en el agua de la acequia.
AUTOR -MANUEL LEIVA PÉREZ
Esta poesía la llevaba mi padre siempre en su cartera.
Su primo Manuel, se la mandó dedicada con todo cariño desde Caucete
Argentina el 26 de julio del año 1954. Mi más profundo agradecimiento .Con todo respeto la he
puesto en el blog.
A.GORDO.
