Mi yegua me tubo un potro
de raza tan castellana
que me fui en busca de otro
que yunta más soberana.
Yo nací en aquel cortijo
en pelota y sin dineros
y seguro que Dios dijo
no te quedarás en cueros.
Cuando yo era muchacho
me gustaba la compaña
más fino que algún cenacho
con el esparto de España.
En mi casa era el más chico
bien negro en color oscuro
con partidas de borrico
aunque yo lo disimulo.
Me gustaban las besanas
enseñándome a gañán
cuando cantaba con ganas
con más fuerza producía el pan.
Serví a la patria primero
empezando a enamorar
teniendo poco salero
empezaba a repugnar.
Varias novias me despacharon
porque no seria formal
y entre todas me aguantaron
mi forma de enamorar
Era rubio como el paño
sin porte de ponderal
no haciendo a nadie daño
que nadie pueda alegar.
Aprendí a llevar mis cuentas
a lo rústico y sencillo
con problemas que solventas
la vida de un porquerillo.
Era serio y aplicado
regular de mi memoria
luego me hicieron soldado
y empecé a ganar la gloria.
Y pregunto a los letrados
que prefieren la bambolla
que adonde habrán estudiado
sin tocino pá la olla.
PACO GORDO.
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